jueves, 11 de febrero de 2010

Tenía 15 años y unas botas rojas que no se quitaba nunca ni para dormir porque siempre tenía ganas de salir corriendo. Llevaba vaqueros rotos y el pelo corto; de espaldas podía parecer un chico, de frente también. Fumaba y bebía tequila como si le fuera la vida en ello pero por la noche se abrazaba a un osito de peluche rosa, la cama siempre estaba colocada de forma que lo último que veía eran las estrellas antes de dormir. Sólo escuchaba música que dolía y se reconocía en todas las letras y todos los personajes de los libros que leía a escondidas. A veces se escapaba y se perdía entre la multitud, por la noche siempre soñaba que era otra persona y por el día siempre tenía la impresión de estar en el lugar equivocado. Despreciaba siempre a los de su altura y sólo pensaba en amores imposibles. Gritaba con furia cuando no había nadie alrededor. Fantaseaba con huir lejos pero no había tren en el mundo que hubiera acertado con el lugar que buscaba. La vida seguía un curso normal y ella sólo quería bailar con ángeles oscuros en nubes de humo blanco. Comía poco para poder volar más alto.


Tenía 30 años y unos zapatos rojos que se ponía cuando quería flotar dos palmos por encima de las desdichas. Llevaba vaqueros ajustados y el pelo largo y enredado; de espaldas parecía una niña, de frente podía llegar a aparentar 3 edades a la vez. Fumaba mucho o poco según la posición de los astros y bebía bourbon para ahuyentar la melancolía. Pintó una ventana abierta y una bandada de pájaros en la pared pero echaba de menos mirar las estrellas antes de dormir. Evitaba escuchar música que dolía porque ya tomaba demasiados analgésicos, y en los libros habían dejado de aparecer personajes como ella. A veces cogía el coche y no paraba hasta ver el sol, por la noche sólo soñaba con estar tranquila y por el día sólo buscaba formas para no estarlo. Odiaba bajar escalones y le daba igual gritar si había alguien alrededor. Había estado en muchos trenes pero todas las estaciones estaban equivocadas. Hacía tiempo que su vida ya no era normal pero ella sólo quería bailar con ángeles oscuros en nubes de humo blanco. Era fiel a un viejo osito de peluche rosa y comía poco para poder volar más alto.
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1 comentario:

Raquel dijo...

Me encanta como escribes, gracias por pasarte por mi blog y darme la oportunidad de conocerte. ;)

Seguiré curioseando tus ecsritos, me han tocxado la fibra...

Un besito.