Si tuvieras que escribir una lista de deseos, ¿qué pondrías? Imagina que pudieras pedir lo que quisieras... y no sólo cosas materiales, cualquier cosa que quisieras para tu vida. Por ejemplo, alguien que te quisiera tal y como eres, una vida con menos preocupaciones, poder comer más dulces, una casa grande llena de cosas bonitas, tranquilidad, un trabajo divertido, mimos, un globo aerostático en el jardín de tu casa... ¿Y recuerdas eso que decían siempre en las películas cuando eras pequeño? Si cierras los ojos y deseas algo con mucha mucha mucha fuerza... al final se cumple. Vamos a hacerlo hoy, escribe tu lista, cierra los ojos...
cuando recupere la inspiración que perdí ya no recuerdo dónde ni por qué volveré a hacer/ restaurar/ resucitar/ recuperar/ comprar/ vender/ fotografiar y rescatar muñecas... e inventos varios.
Ups... creo que llego tarde a San Valentín... bueno a mí me gusta decir eso de que para mí todos los días son San Valentín mmm qué típica soy. A la persona que quiero le regalé una margarita que cogí al lado de mi casa. La verdad es que no encontré nada más bonito.
He estado pensando en canciones de amor y en lo que duelen si están bien hechas. Las canciones dulces y románticas son de aficionados, si alguien siente algo de verdad escribe una canción dolorosa, de esas que te dan ganas de arrancarte el corazón y lanzarlo lo más lejos que puedas. Un amigo y yo discutíamos mucho sobre cuál podía ser la canción de amor más dolorosa del mundo y coincidíamos en que pocas podían ser peores que 'Wicked game' de Chris Isaak. Cada uno tendrá su opinión sobre Chris Isaak y yo he decir que apenas he escuchado 2 canciones suyas que me gusten pero hay que reconocerle el mérito de haber hecho la canción más suicidante de la historia de la música (o por lo menos hasta que llegó Anthony and the Johnsons). Hoy de todas formas no recordaré el 'juego perverso' de este señor sino otra canción preciosa que duele tanto y tiene tanto sentimiento que dan ganas de arrancarte el corazón, envolverlo en papel de regalo y decirle a quien corresponda: toma, un pisapapeles.
Este rincón tan precioso está en la isla de Ponza, en Italia. Qué menos que soñar con un lugar así en un día lluvioso de invierno como este. Una casita blanca junto a la playa, excavada en la montaña pero llena de luz. En un lugar así es imposible que te pueda pasar nada malo...
Miramos aburridos por el ventanal
para inventar otrar vida en la misma ciudad.
Dibújame una noche llena de cohetes naranjas,
yo te daré las estrellas y tú las pintarás de plata.
Píntalo todo de plata.
Te imagino al volante de la nave espacial.
Yo volaré a tu lado como Peter Pan.
Déjame hacerte una foto con las nubes detrás,
quiero tener algo tuyo si un día te vas.
Dibújame una noche llena de cohetes naranjas,
yo te daré las estrellas y tú las pintarás de plata.
Píntalo todo de plata si nos vas a dejar.
Tenía 15 años y unas botas rojas que no se quitaba nunca ni para dormir porque siempre tenía ganas de salir corriendo. Llevaba vaqueros rotos y el pelo corto; de espaldas podía parecer un chico, de frente también. Fumaba y bebía tequila como si le fuera la vida en ello pero por la noche se abrazaba a un osito de peluche rosa, la cama siempre estaba colocada de forma que lo último que veía eran las estrellas antes de dormir. Sólo escuchaba música que dolía y se reconocía en todas las letras y todos los personajes de los libros que leía a escondidas. A veces se escapaba y se perdía entre la multitud, por la noche siempre soñaba que era otra persona y por el día siempre tenía la impresión de estar en el lugar equivocado. Despreciaba siempre a los de su altura y sólo pensaba en amores imposibles. Gritaba con furia cuando no había nadie alrededor. Fantaseaba con huir lejos pero no había tren en el mundo que hubiera acertado con el lugar que buscaba. La vida seguía un curso normal y ella sólo quería bailar con ángeles oscuros en nubes de humo blanco. Comía poco para poder volar más alto.
Tenía 30 años y unos zapatos rojos que se ponía cuando quería flotar dos palmos por encima de las desdichas. Llevaba vaqueros ajustados y el pelo largo y enredado; de espaldas parecía una niña, de frente podía llegar a aparentar 3 edades a la vez. Fumaba mucho o poco según la posición de los astros y bebía bourbon para ahuyentar la melancolía. Pintó una ventana abierta y una bandada de pájaros en la pared pero echaba de menos mirar las estrellas antes de dormir. Evitaba escuchar música que dolía porque ya tomaba demasiados analgésicos, y en los libros habían dejado de aparecer personajes como ella. A veces cogía el coche y no paraba hasta ver el sol, por la noche sólo soñaba con estar tranquila y por el día sólo buscaba formas para no estarlo. Odiaba bajar escalones y le daba igual gritar si había alguien alrededor. Había estado en muchos trenes pero todas las estaciones estaban equivocadas. Hacía tiempo que su vida ya no era normal pero ella sólo quería bailar con ángeles oscuros en nubes de humo blanco. Era fiel a un viejo osito de peluche rosa y comía poco para poder volar más alto.
Si tuvieras que escribir una lista de deseos, ¿qué pondrías? Imagina que pudieras pedir lo que quisieras... y no sólo cosas materiales, cualquier cosa que quisieras para tu vida. Por ejemplo, alguien que te quisiera tal y como eres, una vida con menos preocupaciones, poder comer más dulces, una casa grande llena de cosas bonitas, tranquilidad, un trabajo divertido, mimos, un globo aerostático en el jardín de tu casa... ¿Y recuerdas eso que decían siempre en las películas cuando eras pequeño? Si cierras los ojos y deseas algo con mucha mucha mucha fuerza... al final se cumple. Vamos a hacerlo hoy, escribe tu lista, cierra los ojos...
